- En la comunidad de San Pedro y San Pablo Atlapulco, Ocoyoacac, preservan la cultura otomí por más de 200 años a través de la danza y los cantos.
- Hacen referencia a las anécdotas y travesías que tenían los arrieros en su viaje y su día a día.
Ocoyoacac, Estado de México.- La Danza de los Arrieros está llena de tradición y amor por la comunidad, razón por la cual fue declarada por el Congreso del Estado de México como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México, el 14 de abril de 2023.
Con más de 200 años de preservar la cultura otomí, los habitantes del municipio de Ocoyoacac, en la comunidad de San Pedro y San Pablo Atlapulco, explican a través de la danza, el oficio de los arrieros, quienes transportaban carbón desde su lugar de origen hasta la Casa de Moneda de la Ciudad de México.
Ello permitió que se pudiera formar un vínculo ya que ellos se hospedaban en los hostales de la época y en su estancia contaban las anécdotas de sus travesías, para salir un poco de la rutina; así fue como se lograron adaptar tiempo después.
“Ya llevo aproximadamente ocho años danzando, soy de la segunda generación, atrás venía mi abuelo, él fungía de Pascualita, pero ahora en este momento, a mí me tocó ser el administrador, y estoy muy contento”, expresó José Eduardo González Estanislao, integrante de los arrieros.
Dentro de la danza existen diversos puestos que juegan un papel importante para su desarrollo; tal es el caso del patrón, los maestros, el mayordomo, el administrador, el rayador, el cargador, las Pascualitas y los arrieros.
“Sí, bailamos dándole gracias a Dios, al término, darle gracias de que nos haya bendecido, que sea de su agrado también nuestro baile, y todo esto lo hacemos en honor a nuestros santos patrones como lo es San Pedro, y San Pablo”, agregó Edilberto Salinas Peña, otro integrante de los arrieros.
Este bello folclor mexiquense forma parte de la identidad del municipio de Ocoyoacac, lo que convierte a los integrantes de esta danza en un orgullo, pues además de requerir un gran esfuerzo y dedicación, también es indispensable la pasión por este arte.
“Yo, mi papel ya llevo 10 años, llevo la descendencia, el gusto que me brindó mi padre que ya lleva más de 40 años en esto, es el gusto que tengo yo de seguir la tradición de él”, concluyó Pablo Hernández Dávila, danzante de los arrieros.
En la celebración llamada “Fiesta Mayor”, los integrantes recitan las alabanzas y los 33 sones y jarabes de la danza de arrieros; ésta va del 11 al 13 de febrero, es decir, tres días antes de la Cuaresma.
Para los habitantes de San Pedro y San Pablo Atlapulco es importante dar a conocer estas tradiciones y extienden la invitación a las y los interesados en asistir a esta festividad, a hacerlo desde las 10:00 horas en el centro de la comunidad en mención.