• “México debe afianzar su relación con Norteamérica para consolidarse comercialmente”, consideró la investigadora del Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl, Selene Jiménez Bautista.
Nezahualcóyotl, México; 06 de octubre de 2021.- El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual entró en vigor el 1 de julio de 2020, implicó un retroceso en la integración comercial y económica de América del Norte, cuyo tránsito de mercancías se dificultó, sostuvo la catedrática e investigadora del Centro Universitario Nezahualcóyotl de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Selene Jiménez Bautista.
La coordinadora de la Licenciatura en Comercio Internacional de este campus de la UAEM afirmó que a un año de haberse puesto en marcha el T-MEC, las relaciones comerciales entre los tres países siguen siendo tensas; incluso, ya se han presentado varias denuncias, por ejemplo, porque México no está cumpliendo lo pactado.
Este acuerdo, precisó, sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente durante 26 años, ya que desde el año 2017 el escenario de la relación comercial tripartita era tenso, sobre todo políticamente.
Por esa razón, señaló, se planteó la renegociación del convenio. “Donald Trump aseguraba que México había sido el más beneficiado y que era el culpable del déficit comercial que experimentaba Estados Unidos”.
En un primer instante, abundó, se planteó extinguir este proceso de integración, y fue a petición de los gobiernos de Canadá y México que se tuvo una renegociación, que culminó un año y medio después con el T-MEC, que estableció condiciones que permitieran liberar, en cierto modo, el déficit que tenía Estados Unidos con respecto a las mercancías que provenían de sus socios.
Luego de poco más de un año, indicó Jiménez Bautista, seguimos en el periodo de adaptación y las relaciones siguen siendo tensas; además, expresó, algunas cuestiones derivadas de la pandemia han afectado el tránsito dentro de los países y en todo el mundo.
“Para pasar de un lado a otro, de un país a otro, debe cumplirse con las normas de sanidad que tiene cada uno de los países y que en estas condiciones son más estrictas, lo cual hace más lento el proceso”, dijo.
En este contexto, manifestó que todas las naciones se tornan interdependientes y a pesar de las diferencias que pudieran existir entre ellas, siempre se estarán complementando. “México debe afianzar su relación con Norteamérica para consolidarse comercialmente, así que mínimo otros diez años, seguiremos trabajando conjuntamente con estas dos naciones, nuestros principales socios comerciales”.
Dentro de esta relación, puntualizó, México necesita reconfigurar sus procesos productivos. “Está claro que lo que se aprovecha de nuestro país es principalmente su mano de obra; sin embargo, si queremos escalar y producir productos de mayor valor agregado, hay que generar toda una política nacional enfocada a ello, a la generación de tecnología, a la preparación de la mano de obra y, evidentemente, a la vinculación de las universidades con las empresas para que apoyen este proceso”.
Podemos estar integrados, seguir cooperando y seguir compitiendo por mano de obra, pero si realmente queremos mayores beneficios para nuestro país dentro de este tratado, es fundamental la transformación de nuestro sistema productivo, concluyó Selene Jiménez Bautista.