• Para la preparación de este platillo son requeridos alrededor de 30 ingredientes y algunos de ellos solo pueden conseguirse frescos durante los meses de agosto y septiembre como la granada y la nuez de castilla.
• Benjamín Ernesto Ramírez Araujo, catedrático de la Licenciatura en Gastronomía del Centro Universitario Tenancingo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), indicó que son muchas las versiones que existen alrededor del origen de la receta de este exótico platillo.
Toluca, Méx. 10 de septiembre de 2021. Hace 200 años, cuenta la tradición oral, las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica celebraron con la preparación, por primera vez, de los chiles en nogada a Agustín de Iturbide, con motivo de su visita a la ciudad de Puebla, que incluso, pudo ocurrir el 28 de agosto -día de San Agustín- del año 1821.
Así, se dice, el chile en nogada reprodujo los colores verde, blanco y rojo de la bandera del Ejército Trigarante, que encabezado por Iturbide consumó la independencia de nuestro país.
Bertha López Victoria, cocinera tradicional de la ciudad de Toluca, refirió que para la preparación de este platillo son requeridos alrededor de 30 ingredientes y algunos de ellos solo pueden conseguirse frescos durante los meses de agosto y septiembre como la granada y la nuez de castilla.
Benjamín Ernesto Ramírez Araujo, catedrático de la Licenciatura en Gastronomía del Centro Universitario Tenancingo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), indicó que son muchas las versiones que existen alrededor del origen de la receta de este exótico platillo.
Precisó que la técnica de rellenar algún producto fue heredada por los griegos a los romanos, quienes en sus grandes banquetes le dieron gran importancia. “Aves o cuadrúpedos rellenos eran protagonistas de los grandes banquetes de una sociedad bélica como la romana, que esparciría esta técnica por toda Europa”.
Por otro lado, relató, en su cocina los árabes ya contemplaban el picar finamente los cárnicos. De hecho, en esta cultura tiene su origen la carne molida de la hamburguesa, que era colocada debajo de las monturas, entre el camello y el jinete, que hacía largos viajes y llegaba hasta lo que en la actualidad es la ciudad portuaria de Hamburgo, traslado durante el cual la carne se maceraba y llegaba cocida a los puntos de compra-venta.
Esta técnica, originalmente hindú -detalló- fue llevada por los árabes a países como España, que dominaron casi durante ocho siglos, y, por ende, así llegó a América, a la Nueva España, donde todo se aderezó con nuevos ingredientes y sabores.